Delfina Tacon García

Autor: Delfina Tacon García.
Lugar: Vilalonga, Pontevedra

Delfina no puede escribirlo, no tiene fuerzas, me ha encargado ser su portavoz. Debo contar la vida de una familia destrozada, impotente pero llena de amor hacia Celso, tiene 32 años, desde el 20 de junio del año 2000 “vive sin tener vida”.

 Ese día iba a trabajar, estaba en una furgoneta con sus compañeros, dio vueltas de campana y su cuerpo se rompió. Está en coma irreversible. En cuanto los médicos en el hospital lograron estabilizar su cuerpo, empezó el calvario de una familia buscando ayuda para mantener el hilo de vida de Celso. Les echaron del hospital porque ya ¡no podían hacer nada mas por él! y por sus propios medios lograron entrar en un centro para enfermos cerebrales durante una año: pagaban 1 millón de pts. al mes.

Ahora volvió para su casa, cerca del Grove en Pontevedra, toda la familia se ha transformado en enfermeros, médicos, etc. Solo quien está viviendo esta situación, y son muchas familias, sabe del drama y de la enorme soledad e impotencia de una situación de la cual nadie quiere hacer se cargo.

La administración no lo admite como enfermo en un hospital y la Seguridad Social paga los pañales y algunas medicinas. “¡vivirá hasta que se te acabe el dinero de la indemnización, si te la dan…!” dicen los médicos. Le ponen un precio a mi hijo, es tan cruel dice Delfina. El amor de una familia es lo único que mantiene a Celso cerca de la vida.

Delfina ya no tiene fuerzas para gritar, no tiene odio hacia nadie pero no entiende como puede vivir esta situación. “Celso era feliz, iba a trabajar ¿por qué esta ahora así?” En nombre de ella y de todas las familias que viven sin vivir, quiero denunciar la hipocresía social y política. ¿Hasta cuándo la indiferencia? Responsables de tanto dolor son los que no quieren asumir su propia responsabilidad.